martes, 9 de septiembre de 2014

Luna rota

Contemplaba la luna que daba luz a la noche, por un instante sintió deseos de lanzar una piedra contra la farola que alumbrando su ventana perturbaba lo natural,  encendió un cigarrillo que calmara su turbación, su pensamiento comenzó a divagar por los recuerdos de las lunas vividas, es curioso como ante un mismo hecho cada persona tiene su verdad, pensó, y como esa verdad se distorsiona o amolda para convertirse en una verdad cómoda que no hiera, como podía tergiversar la realidad de ese modo, era algo que escapaba a su entendimiento, se había pasado la tarde haciéndole reproches, al principio su enfado le pareció cómico por irracional y le fue contestando con sarcasmos que acentuaron su obstinación, todo intento de razonamiento coherente devino infructuoso, se levantó, cogió el bolso que colgaba del respaldo de la silla y en un tono demasiado alto y poco cariñoso le dijo un adiós que retumbó en sus oídos como la más atronadora tormenta, la mirada inquisidora de las personas que allí se encontraban lo escudriñaron, empujo la silla hacia atrás con su cuerpo y mientras apoyaba las manos sobre la mesa para incorporarse atinó a decir, me parece que estoy jodido, y se encaminó despacio hacia la puerta…, pensó que una noche como aquella no merecía ese final y arrancó a su piano las notas de la suite de claro de luna de Debussy que embriagó a la luna rota... 

Veda Lontana

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